sábado, 12 de enero de 2008

CONVOCATORIA ENCUENTRO DE MISIONEROS LAICOS

SI OS PARECE BIEN,DECIDLO CUANTO ANTES ,VIMOS LA NECESIDAD DE REUNIRNOS DE NUEVO LOS MAS QUE PODAMOS,ESTA VEZ EN OPORTO ,PORTUGAL ,EL PRIMER FIN DE SEMANA DE ABRIL DIAS 4-5 y 6.
YA HAN CONFIRMADO LA ACOGIDA LOS MISIONEROS QUE ALLÍ RESIDEN CON MUCHA ALEGRIA,Y ES QUE SOMOS UNA FAMILIA ESTUPENDA.
UN ABRAZO.

PLAN DE TRABAJO FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI

Hola, es con mucha alegría que nosotros, Rui Leal e Susana Pires, de las comunidades de Porto y Aveiro (Portugal), os escribimos este mail. Como ya sabéis se va a realizar en Julio del 2009 un Simposio Mundial de la Familia Misionera Verbum Dei. Para prepararlo mejor, y dando continuidad al Retiro que hicimos en Agosto de 2007, en Siete Aguas (con participación internacional) y al encuentro que esta Navidad tuvimos en Loeches (y que estaba convocado a nivel Europeo), Se nos plantea la necesidad de participar de manera significativa en la construcción de la FaMVD, sobre todo en aquello que atañe directa y concretamente a los Laicos Misioneros Consagrados.
Después de la reunión de Navidad el grupo que estaba allí presente, y con el objetivo de que todos podamos participar, delegó en nosotros la organización del trabajo, por eso os proponemos el siguiente proyecto:

En primer lugar las fuentes sobre las que reflexionaremos y profundizaremos se encuentran en los siguientes documentos:
· Constituciones de la FMVD;
· El Documento final del 3º Congreso de 2007;
· La Lineamenta del Simposio de FaMVD
· El Reglamento de los Laicos Misioneros Consagrados
· Y otros documentos o reflexiones existentes en las comunidades locales.
Si necesitan de algún tipo de esclarecimiento en relación con estos documentos, o si aún no los tienen, contacten por favor al responsable de vuestra comunidad local.
Os presentamos, ahora, la secuencia de los temas para trabajar de Enero hasta Julio:
Enero
Identidad
Febrero
Espiritualidad
Marzo
Misión
Abril
Consagración
Mayo
Vivencia del Amor Fraterno
Junio
Estructura/Organización
Julio
Vínculo









La propuesta de trabajo es muy simple e igual en todos los meses. La primera semana la dedicaríamos a la Familia Misionera Verbum Dei de modo general, mientras que las restantes semanas del mes nos dedicaríamos específicamente a los Laicos Misioneros Consagrados.
- Durante la primera semana haremos un trabajo de oración, reflexión y estudio de las partes de los documentos mencionados arriba, y que se refieren al respectivo tema. Intentaremos responder a las preguntas indicadas en la Lineamenta y, por fin enviaremos las respuestas anteriores, así como otras aportaciones para el e-mail de los LMC.
- Durante la segunda semana continuaremos con un trabajo de oración, reflexión y estudio de las partes de los documentos mencionados más arriba y que se refieren al respectivo tema, pero desde la perspectiva específica de los LMC.
- Durante la tercera semana, responderemos a las preguntas enviadas cada mes, y que están dirigidas específicamente a la realidad de los LMC. Enviaremos las respuestas y otras aportaciones para el e-mail de los LMC.
- Durante la cuarta semana todos recibiremos un e-mail con las respuestas y aportes de todos sobre a FaMVD e sobre los LMC. Debemos pues leer, meditar e, si fuese necesario, hacer algún comentario.
Este trabajo, en un primer momento puede parecer muy arduo. Puede ser hasta que sintamos que supera nuestra capacidad. Pero por insignificante que pueda parecer, nuestra experiencia y aportación es vital. La realidad de la Familia es muy amplia, constituida por personas muy diversas, por eso es muy importante reflexionar estos temas desde la perspectiva personal de cada uno. No queremos que sientan este desafío como un peso o una obligación, pero si que lo acojan con mucha libertad y que cada uno pueda compartir según su capacidad, experiencia y disponibilidad.
Las aportaciones que serán enviadas por cada uno pueden ser reflexiones, intuiciones, realidades o situaciones concretas, dificultades, dudas, o preguntas, etc. Deben ser enviadas para vdmisiolaic@gmail.com debiendo siempre indicar el nombre del autor(es), la comunidad y la fecha.

En nombre de todos aquellos que, de alguna forma, contribuyen en esta propuesta nos despedimos con mucha esperanza, confiando que Dios realizará en cada uno de nosotros la promesa que nos hizo un día y continua haciéndonos hoy.
Rui Leal e Susana Pires LMC’s da FaMVD

Portugal, 3 de Janeiro de 2008

encuentro de misioneros laicos 28-30 de diciembre-2007

¿Que tal???fué estupendo como leereis en el acta,un ambiente fraterno,cada uno aportó lo que tenía y el resultado ,una experiencia de la presencia de Dios que nos llenó de esperanza y ganas de trabajar por la familia misionera verbum dei a favor del mundo,ademas coincidió con que el domingo radiaron la misa de la familia en directo y Ruí dió la homilía del sábado a toda la comunidad sobre la esperanza ,muy bonita ,basada entre otras en la cita de Isaias 55:somos Palabra de Dios y no volveremos a El hasta que no se haya cumplido aquello a lo que somos
llamados ,él fruto está asegurado a pesar de las dificultades.
tampoco faltó el turrón casero de Tere ,ni el pastel y vino de Porto....
Antonio Velasco nos ha felicitado por el plan de trabajo y el acta de la reunión que han elaborado Susana y Rui.
Acta nº 1

Viernes, 28/12/2007

En el inicio de la tarde, Isabel Fornari, María Antonia (Madrid), Tere (Zaragoza), Rui (Portugal) e Susana (Portugal) mientras esperaban por el resto de los elementos del Grupo de los Laicos Misioneros Consagrados (LMCVD), comenzaron por compartir, de manera simple y espontánea, la trayectoria de vida (“trayectoria que lleva nuestro cometa”, como lo definió Isabel) -tanto a nivel personal, como a nivel comunitario- desde los ejercicios espirituales del verano hasta este momento. Compartimos sobre los deseos que llevábamos en el corazón y las expectativas frente al fin de semana. Vimos que este encuentro era deseado por todos y encarado como una “iniciativa de sobrevivencia”, un regalo de Dios, que nos acompaña como un amigo y conoce nuestras necesidades. El camino no ha sido fácil, las dudas que aparecen son muchas, las indefiniciones surgen, el tiempo parece escaso para tantas actividades. Sin embargo todos expresamos el gozo que ha sido experimentar la fuerza de Dios en nuestras situaciones concretas y la esperanza que El deposita en este grupo, renovando en nuestro corazón su necesidad real y urgente para el mundo de hoy.

Sábado, 29/12/2007

A la luz de las pautas de oración compartidas por Lola (que juntamente con Esteban de Oliva/Valencia se habían unido al grupo la noche anterior), no quisimos olvidar que la presencia de cada uno era representativa de los restantes elementos del Grupo de LMCVD, que participaron en los ejercicios espirituales del verano, y que ahora no pudieron estar presentes: Daniel (Népi – Italia), Lourdes (Honduras), Magdalena (Guinea-Ecuatorial), Yolanda (Toledo), Ana Cristina (Portugal), Sandra (México), Alma (S. Francisco – EUA), Sue e Mónica (Inglaterra) e Kioko (Japón). Reavivamos también en nuestros corazones el origen de este grupo como fruto y obra del Espíritu Santo. Fueron recordados los objetivos que nos unían a todos este fin de semana en Loeches: Contagiarnos la fe, fomentar el encuentro interpersonal y contribuir con nuestra reflexión y aportes en el estudio de los temas propuestos por la lineamenta sobre (FaMVD).
Las siguientes citas de la Palabra de Dios orientaron la oración y el espíritu de nuestro compartir:
Ro 5,5 – Podemos aprender la esperanza (La Palabra nos lleva a la esperanza desde la fe-gracia-esperanza/tribulación-perseverancia-fidelidad-esperanza)
Mt 5,13-16 – Por nuestras obras, daremos gracias al Padre. No es el amor humano el que nos une, sino el amor de Dios. Tomamos también conciencia de que lo que nos caracteriza como miembros de la FaMVD es nuestra forma de hablar y relacionarnos con Dios, que nos lleva a tener una experiencia fuerte de su amor misericordioso, amor que desde esa experiencia podemos y tenemos que contagiar. En este sentido, no nos podemos olvidar que debemos tener bien clara la meta que queremos alcanzar, pues no se trata solo de atraer personas, sino de acompañarlas hasta que puedan hacer lo mismo que hacemos, para que ellas puedan también llegar a predicar el Evangelio del Reino.
(2Tm 2, 2). Nuestra predicación debe dar a conocer a un Dios real, debe dar a conocer aquello que yo veo: los signos de esperanza y los gestos de vida que El da a mi vida. Porque hay muchas “flores”, muchos signos de su amor y presencia, tenemos que ayudar a las personas a verlos también. Reconocer esos signos, esas “flores”, contagia la esperanza.
Este momento de oración termino con María, como la Estrella de la esperanza, de ahora, del momento presente. Fuimos invitados a fijar nuestra mirada en su vida.
Al final nos fueron colocadas las siguientes preguntas para ayudarnos a reflexionar sobre la identidad de los LMCVD y su relación con la fraternidad: ¿Qué es lo específico/característico de un LMCVD? ¿En que nos distinguimos de otros Laicos? ¿Qué podemos aportar a la Fraternidad? ¿Cómo relacionarnos con los misioneros(as)?

Después de este momento de oración, que terminó al final de la mañana, comenzamos a compartir. Desde un espíritu familiar, en ambiente fraterno, fueron abordados varios aspectos que tocan la temática de la identidad de los LMCVD y su papel en la FaMVD. Enuncio los principales puntos/aspectos que reflexionamos (el objetivo no fue encontrar respuestas ciertas, sino compartir opiniones, puntos de vista), teniendo como base los elementos específicos de esta vocación:
a) Participamos en el carisma Verbum Dei, no sólo en la predicación, sino en todas las actividades y ministerios. Todos los ministerios son genuinos del carisma. La predicación no debe ser entendida como un acto concreto, sino que debe abarcar de forma más amplia el Ministerio de la Palabra, que presupone también el testimonio de vida.
b) Cada persona responde a su llamada hasta el máximo de su capacidad. De este modo, cada uno puede consagrarse al máximo.
c) La llamada de Dios marca una diferencia vocacional: laico casado o soltero, sacerdote, consagrado, laico consagrado, etc.
d) Existe también una diferencia procesual (de camino, de tiempo), los condicionantes son sagrados y nos sitúan donde debemos estar.
e) Los LMCVD tiene su especificidad dentro de la familia, no son superiores, ni inferiores, sino igual al resto de los miembros.
f) Toda vocación se desenvuelve en un proceso hasta su efectiva consolidación.
g) La identidad de los LMCVD parece clara, las formas de pertenencia a la FaMVD es lo que aún no está claro.
h) La identidad es trabajada, definida a partir de la misión que realizamos y del sentido de pertenencia. Y es el sentido de pertenencia lo que contribuye para mi identidad y me sitúa dentro de la FaMVD en mi lugar.
i) “Somos la respuesta de Dios para el mundo” (si tuviésemos que definir un lema para el fin de semana seria este), una respuesta a los signos de los tiempos.
j) La realidad de los LMCVD existe (¡Tu me llamaste Señor! ¡Tu me haces existir!) y desde ahí necesita madurar (consolidarse, desenvolverse) de forma a multiplicarse (es una gracia de Dios, El da el Espíritu a quién lo pide. O nos multiplicamos o moriremos. Nuestra entrega, nuestra vida es lo que las personas más buscan)
k) El epicentro de este grupo: el enamoramiento de Dios, pues ¡Sólo El basta! El Hijo nos hace amar, queramos o no. Si no estamos/vivimos enamorados de Dios, con un amor esponsalicio, todo nos absorbe (el trabajo, lo cotidiano, los miedos, las preocupaciones, etc.)

Por la tarde estuvimos con el presidente de la Fraternidad, Antonio Velasco, y continuamos hablando de lo que es específico y de lo que distingue a los LMCVD, de la FaMVD e de la FMVD. Tocamos en aspectos que deberán ser desarrollados, reflexionados y esclarecidos hasta el Simposio sobre la Familia que se realizará en 2009. Algunos de estos aspectos son: ¿Cómo estructurar la familia? ¿Quién es la FaMVD? ¿Cómo nos situamos los LMCVD en relación con la FaMVD?
Dialogamos también sobre quien nos podría ayudar en este proceso, dentro de la Junta, de manera que creemos condiciones para que esta realidad crezca. Como no llegamos a ningún consenso, quedo decidido que localmente algún(a) misionero(a) nos podría ir apoyando. Más allá de este apoyo hicimos referencia a la importancia de un trabajo práctico y de reflexión (lecturas, oración, contactos con otras realidades de iglesia en las que haya laicos consagrados, compartir entre nosotros, etc.).
En cuanto al trabajo práctico fue proyectado un camino de preparación hasta los ejercicios espirituales del próximo verano, y que pueda fructificar en el Simposio del 2009. Para realizar este camino se crearán equipos que impulsen el trabajo y recojan los frutos de las reflexiones a lo largo de estos siete meses. A partir de aquí los LMCVD elaboraremos un documento con la contribución de todos los que viven esta realidad a nivel internacional, en las diferentes comunidades.
La próxima reunión de Europa tendrá lugar en Portugal en el mes de Abril del 2008 y se propuso que los ejercicios espirituales se realizaran en América Latina (se habló de Méjico o Perú) teniendo en cuenta la importancia y lo que pueden aportar los hermanos(as) de ese continente, que ya viven esta realidad hace algún tiempo.

Domingo, 30/12/2007

Este fin de semana comenzó con la Eucaristía (retransmitida en directo por la Radio Nacional de España). Celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, una fiesta con un valor muy simbólico para los LMCVD que allí nos reuníamos para hablar de la FaMVD.
Nos pareció también muy sugestivo del número de participantes, éramos 7. Después de un delicioso chocolate caliente, continuamos este encuentro en un clima de fraternidad y vivencia familiar elaborando un plan de trabajo para los meses de Enero a Julio, definiendo las metodologías y fuentes de estudio, determinando algunas actividades (creación de un site, dinamización del blog existente) y lo específico del camino preparatorio hasta Julio del 2008. Este plano es enviado en anexo.
Con María, en la oración del Rosario, encerramos este encuentro consagrándole a ella este grupo, como proyecto de Dios que va mucho más allá de nuestras fuerzas y nuestras capacidades. Pero con El, y con la ayuda e intercesión de María, seremos la respuesta que el mundo contemporáneo necesita, y por la que sufre porque no consigue encontrarla.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Mario Santana
Florecer

Escribió una vez Pablo Neruda, para terminar uno de sus veinte poemas de amor, algo similar a esto: “Me gustaría hacer contigo // lo que la primavera hace con los cerezos”. Hablando una vez con un amigo sobre esos dos versos que a mí me resultaban tan gráficos y visuales, resultó que él no entendía bien qué significaba aquello, y de una forma un poco más prosaica intenté explicarle; cualquiera que haya salido al campo en primavera verá que no sólo los cerezos, sino en general los frutales, el monte bajo, toda la vegetación, de repente surge de su letargo y empieza a echar brotes. De lo más seco, del tronco sin vida, brota el renuevo. De las ramas peladas y muertas empieza a aparecer la vida que se tiñe de color verde. En incluso, como con los cerezos, directamente en las ramas brotan las yemas que estallan en flor y casi sin mediar una transición se pasa del árbol pelado a la borrachera de flores que hacer sentir exultante a cualquiera que lo contemple.

La Palabra de Dios de hoy ha sido para mí como escuchar a Dios recitándome al oído un poema de amor de Neruda; como que Dios me hablaba con serenidad y me hacía una promesa: desierto y yermo se alegrarán, florecerán el páramo y la estepa, hasta el mayor de los secarrales se tornarán en gozo y alegría… porque viene tu Dios a salvarte. Dios quiere hacerme florecer, y quiere que yo sea una flor más en este mundo a veces tan seco, tan triste, tan incapaz de dar fruto, tan cerrado a la gloria y tan empeñado en mostrar la acción devastadora del paso del ser humano por él. Y por eso, mi primera invitación a todos vosotros al escuchar la Palabra proclamada es a pararse a escuchar esa promesa, ese poema de amor que Dios nos hace, porque sólo sintiéndose tan amados por Él podremos realmente vivir en la actitud básica del adviento: la esperanza. Espera el agricultor que sabe que de la sequedad de la tierra escarbada saldrá algo. Espera él cuando pacientemente deja pasar los días, y aunque no sepa exactamente cuándo será, pues depende de muchas circunstancias, está atento a los primeros brotes para, entonces, ponerse a abonar y estimular que florezca en plenitud. Y esperamos nosotros cuando a pesar de las malas noticias que cada día nos llegan de nuestro pequeño o gran mundo sabemos vislumbrar esos brotes que dan sentido a nuestra espera.

Por eso, es bueno también preguntarnos, ¿cómo ando yo de esperanza? ¿Soy capaz de ‘esperar’ en la confianza de la promesa de Dios? ¿Y me esfuerzo por mantener los ojos abiertos para detectar esos brotes de vida en mitad de la desolación que a veces nos rodea?

sábado, 8 de diciembre de 2007

CARTA DE ADVIENTO DE ANTONIO VELASCO

Roma, 1 de diciembre de 2007

Queridos hermanos y hermanas de la Familia Misionera Verbum Dei:
Deseo saludar a todos los miembros de la Familia Misionera Verbum Dei, después de unos meses en los que he tenido el gozo de poder conocer realidades muy diversas de esta Familia de la Iglesia. En efecto, el contacto con la Familia Misionera VD en Portugal, España, México, Camerún, Alemania, Brasil y, por último, estos días en Inglaterra, han abierto ante mí una pluralidad muy grande de expresiones y situaciones vitales. Doy gracias a Dios por el trabajo de cada comunidad y por el deseo de todos de hacer presente el Evangelio en cada cultura.
Cuando en el año 1223 Francisco de Asís celebró el primer Belén viviente de la historia, en Greccio, pequeño pueblo de Italia, deseaba con un ardiente corazón, que la gente sencilla entendiera el misterio del Dios encarnado, la Palabra de Dios que habita entre nosotros. Esa noche santa hablaba con dulzura de Jesús como del Fanciullo di Betlemme (Chiquillo de Belén) y les invitaba a contemplar en el espíritu el milagro del amor de Dios tan cercano a la humanidad. A todos con los que compartió esa noche memorable (pobres, nobles del pueblo, hermanos de comunidad) les quedó la imagen impresa en su corazón y en sus mentes, y esa tradición nos ha llegado hasta hoy. San Francisco había vivido también su adviento y ahora contemplaba existencialmente algo que estaba naciendo en él y en sus hermanos… Adviento y Navidad eran experiencias encarnadas al vivo en su vida y en la vida de su comunidad, y esto mismo se convertía en anuncio ante las gentes de su tiempo.
Quisiera en esta ocasión retomar el motivo del Adviento y de la Navidad. En un mundo, donde habitualmente la Navidad va entremezclada de luces y sombras, la Iglesia nos invita con vehemencia a vivir la Navidad desde su sentido más profundo. Y por ello a preparanos bien. No quiero, sin embargo, referirme solamente a la primera Navidad (el nacimiento de Jesús en Belén evangelios) sino a la navidad que Dios quiere realizar hoy en el corazón de cada persona.
La luz de la Navidad nos evoca, a contraluz, que los tiempos que vivimos son tiempos duros, complicados, alejados de las sendas de Dios; sendas que, por otra parte, nosotros hemos experimentado con toda nitidez en algún momento de nuestra vida. Ante cualquier luz o propuesta que el Espíritu Santo nos suscite es más fácil pensar que el momento no es un tiempo propicio para ponernos en marcha, sino más bien de lograr subsistir sin complicarnos mucho la vida. Se hace entonces necesario pedir a Dios con humildad el milagro de volver a nacer -como un día el mismo Jesús sugirió a Nicodemo (cf. Jn 3, 16)- y seguir los caminos del Dios que se ha hecho hombre.

El primer Adviento
La Navidad va precedida de un tiempo de preparación llamado Adviento (adventus, venida). Este tiempo litúrgico que ahora comienza, es un momento hermoso para poder orar la historia de amor de Dios por la humanidad de una forma aplicada; historia que se actualiza y se repite en nuestra propia vida y en la vida del Verbum Dei. Quisiera retomar algunos retazos del primer Adviento de la historia, por el que la Palabra de Dios puso su morada entre nosotros.
En el primer Adviento María escucha el anuncio del ángel Gabriel, responde con un “Hágase” a Dios y desde entonces su vida está en manos de Dios y ordenada, volcada totalmente a la vida que iba a nacer en ella. ¡Qué profundidad deberían tener los diálogos de María con aquel niño, con aquella vida que estaba en ella! ¡Que entrañable el misterio de vida que se iba tejiendo en su seno y que ella sabía que no era suyo, sino luz para los hombres!
José, por su parte, se fiaba totalmente de un proyecto que iba mucho más allá de su propia comprensión. Era un hombre bueno y justo, y sin embargo, lo que Dios le propone cambia totalmente sus esquemas y le pone en camino, siguiendo en todo momento la voz de Dios. Y esto no una vez, sino durante el resto de su vida. José sigue con fidelidad la voluntad de Dios y acompaña a María y al Niño en una peregrinación que le llevaría a Belén, a Egipto y, una vez establecidos en Nazaret, a acompañar a Jesús quien, a su lado, crecía en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. (Cf. Lc 1-2; Mt 1; Jn 1).
El adviento de María y José supuso un tiempo intenso de recordar las promesas de Dios en el Antiguo Testamento, alegrándose en la fe por el modo misterioso y sorprendente con el que Dios estaba dando cumplimiento a sus promesas: el amor de Dios se hacía carne en el seno de una familia pobre e insignificante, en el contexto de un pueblo que sufría. Toda la esperanza de Israel se encarnaba en Jesús, el pequeño niño.
A toda madre y padre de la tierra les gusta preparar el nacimiento de un niño: ropita, cunas, espacios adecuados en la casa, cuidar la salud de la madre…. La preparación de María y José fue, sin embargo, bastante accidentada… Y, con todo, era Dios quien preparaba la cuna adecuada para su amor infinito: el pueblo de Israel primero, a lo largo de una historia llena de contradicciones; la familia de Nazaret después, donde Jesús creció en sabiduría y gracia; la comunidad de discípulos más tarde, que acompañó a Jesús en su vida pública, muerte y resurrección; y, por último, la Iglesia, que nacía de Pentecostés y que se expandiría como germen de una humanidad nueva. Ese tiempo accidentado de preparación era el tiempo de la presencia y revelación de Dios.

El adviento del Verbum Dei
Estas bellísimas páginas de la historia son de alguna manera imagen o icono del camino que está realizando el Verbum Dei: imagen del adviento del Verbum Dei. En las últimas etapas de la historia del VD, y más recientemente en el III Congreso Ordinario de la Fraternidad (enero-febrero 2007), Dios Padre nos ha invitado a ponernos de nuevo en marcha y a abrir nuestros corazones a nuevos caminos. De una manera especial, el Congreso ha supuesto un delicado susurro de Dios invitándonos a consolidar y expandir la realidad de la Familia Misionera Verbum Dei.
Quisiera con esta carta poder hacer participes a todos los miembros de la Familia Misionera Verbum Dei de este Adviento del Verbum Dei lleno de esperanza y de promesas. En efecto, el Adviento es un tiempo especial de reavivar la esperanza, de permitir que el misterio del Dios encarnado renazca en nosotros y renueve nuestra vida. Tiempo de preparar una cuna, de mimar la vida que está gestándose lentamente en nuestro interior, en el seno de una comunidad que camina peregrina en la historia.
Hoy esta historia continúa en la Iglesia actual y se hace presente también en nosotros. El Verbum Dei quiere preparar una cuna comunitaria, la Familia Misionera Verbum Dei, donde muchos hijos suyos puedan nacer a la amistad de Dios y a la vivencia plena de su vocación al amor. Con una frase muy bella y llena de contenido, el P. Jaime Bonet, nuestro fundador, refleja la nueva vida que se va tejiendo en el seguimiento de Jesús:
“El Reino de Dios o vivencia y convivencia de este Amor Trinitario de Dios en nosotros y entre nosotros y el anuncio de este mismo Reino de Dios por todo el mundo con la vida y con la Palabra, constituirán el punto de mira de nuestro personal y comunitario seguimiento de Cristo”[1].
Para que el deseo de Dios, de que su vida y amor llegue al corazón de todos los hombres, pide nuestra colaboración humana, al igual que un día se la pidió a María y a José. Llama a las puertas de los miembros de la Familia Misionera Verbum Dei con el deseo inmenso de que su amor llegue a todas las gentes y se pueda realizar el milagro de la Navidad en muchos corazones (cf. 1Tm 2, 4; 3, 16; Mt 28, 19-20).




Concebirás en el seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús[2].
Este camino de adviento espiritual coincide con el camino concreto de la preparación al Simposio de la Familia (julio 2009). En este encuentro buscamos que Dios nos ilumine para poder encarnar su proyecto en el VD buscando la configuración adecuada para que todo el Verbum Dei pueda realizar con gozo y plenitud su vocación y misión. Son momentos importantes de gracia que necesitan preparación, trabajo, abrir el corazón y la mente a la propuesta de ponerse en camino; es un momento oportuno para comprender mejor, con serenidad, las promesas del pasado y abrir nuevas perspectivas en los momentos actuales del presente.
El Adviento, aún con toda su especial belleza, es un tiempo que supone, también, el esfuerzo de la preparación y la custodia de la vida que ha de nacer. Nuestro adviento es más largo que el tiempo litúrgico correspondiente (poco más de 24 días). Es un camino lento, en el que la preparación y el nacimiento van de la mano. En el que se entremezcla lo vivido en el pasado, lo que tenemos en el presente, lo que el Señor desea para nosotros en el futuro.
El Adviento, en palabras del cuarto Evangelista, nos recuerda algo muy vital que nos hace vivir con gozo: la Palabra de Dios se ha encarnado (Jn 1, 14) y nos reúne en una misma comunión y misión (cf. 1Jn 1, 1-4). Lo que nos une a todos los miembros de la Familia VD es escuchar la Palabra. Luchamos por ella, queremos anunciarla porque sabemos que es vida; la celebramos juntos porque la vida es preanuncio del “banquete familiar de Navidad” que será la vida eterna. La Palabra de Dios es dinamis (fuerza misteriosa del Espíritu Santo); es beso delicado de Dios Padre para cada hombre y mujer a través de nuestra vida; es estrella que indica el camino y es brújula; es ungüento que alivia; es ánimo que nace desde dentro; es fuerza delicada que mueve y susurro irresistible que hace que nos levantemos y nos pongamos continuamente en marcha…

Mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento…[3]
La preparación del Simposio conlleva una doble tarea, con dos retos inseparables: una preparación vital y una reflexión sistemática que pueda recoger y formular la experiencia de nuestra historia en los países donde estamos.
El camino vivencial nos sitúa, en primer lugar, ante el reto de recoger la vivencia del VD expandido en más de 30 países y con una historia de 44 años, valorando lo que cada uno está haciendo, y sabiendo compartir y comunicar entre nosotros la riqueza que tenemos.
Es tiempo de explorar con serenidad nuevas vías del Espíritu para la Iglesia: caminos reales de santidad y de espiritualidad; avivar un sentido de familia renovado; adecuar nuestro testimonio a la Palabra que nos mueve y que queremos que se acoja por su credibilidad; tiempo de buscar rutas adecuadas de encarnación del carisma en la Iglesia local y en nuestro mundo, de modo que la Palabra de Dios pueda adquirir toda su fuerza transformadora de la sociedad.
A este intento renovado de encarnar la Palabra de Dios en una comunidad, corresponde, en segundo lugar, un momento especial de reflexión que nos haga más conscientes del significado del don de Dios en el carisma VD. Los lineamienta de preparación al Simposio[4] nos ofrecen unas pautas de reflexión y unas preguntas, cuya respuesta podrán ayudar a plasmar la identidad y misión que queremos presentar a la Iglesia y al mundo. La Comisión para la Familia Misionera Verbum Dei será el canal para recoger todas las iniciativas y aportaciones hasta el Simposio de 2009. A ella podemos enviar nuestras aportaciones personales, de comunidad local, o el fruto de encuentros más amplios.
Dos preguntas recorren este camino de reflexión y consolidación de la Familia: dónde estamos y dónde podemos llegar. Cuál es el camino real recorrido y cuál es el deseo de Dios sobre nosotros. En este tiempo será importante encontrar lo esencial (o los principios del carisma) para poder dar paso a una variedad de formas de plasmación, necesaria en una comunidad internacional como la nuestra que abarca realidades tan diversas. Se hace muy necesario poder ofrecer caminos claros, objetivos graduales, elasticidad a la vez que compromiso, de modo que cada uno esté a gusto y todos puedan ofrecer a Dios lo mejor de sí mismos.
El espíritu de libertad y la amplitud del VD de los inicios, por lo que muchos han sentido la atracción a este carisma, no se contraponen con el esfuerzo de reflexión y consolidación que estamos haciendo. Más bien, el deseo de buscar una estructuración más clara desea salvaguardar esta libertad, y que la amplitud no sea sólo un sentimiento inicial sino una realidad posible y estable en los distintos momentos de la vida y en las situaciones diversas que vivimos. Es necesario, además, saber formular y proponer mejor el don de Dios del carisma. En la Familia Misionera VD hay muchos miembros que tienen especiales talentos artísticos, literarios o informáticos…. Esperamos que todos podamos enriquecernos con esos dones particulares para una mejor plasmación del carisma y comunicación del mismo.
Puede ser, también, un tiempo para que mucha gente que se alejó por las dificultades del camino pueda volver a esta experiencia compartida de fe. Siento que hay muchas personas que gustosamente volverían a la Familia Misionera VD si alguien les lanzase una invitación. ¡Os animo a hacerlo!
Intuyo que este momento es un tiempo muy importante para el Verbum Dei, puesto que, por primera vez en nuestra joven historia, nos disponemos a realizar una reflexión y discernimiento sistemático y a realizarlo juntos: miembros de la Fraternidad y de la Familia. En estos últimos meses se han realizado ya diversos encuentros de la Fraternidad para tratar sobre la Familia (Norte de Europa, España y Portugal, Italia, Venezuela, etc… y otros ya están programados). Otra experiencia de gracia importante han sido los Ejercicios, el pasado agosto en España, para Laicos Consagrados Misioneros. En dichos ejercicios se ha podido tomar más conciencia del significado de una peculiar llamada de Dios y de poder aunar fuerzas para seguir esta llamada. Estas iniciativas, y otras muchas, pueden ir ayudando en este adviento de la Familia VD, y nos llenan de alegría a todos porque el Espíritu Santo no deja de suscitar impulsos frescos. Esperamos poder compartirlas en los nuevos espacios que pronto se abrirán en las páginas web del VD.

De corazón deseo que, esta peregrinación que es el adviento, conduzca a que la Navidad sea un regalo de Dios para todos vosotros y haga de vuestras vidas un regalo vivo: que en lo sencillo, nuestras vidas sean lazo de amor del Dios con cada persona y situación. Ojalá la preparación, los regalos, las comidas, las cenas de Navidad, las postales, las reuniones familiares, el encuentro con personas que hace mucho que no vemos, el pavo, el árbol de Navidad, el Belén… todo pueda estar iluminado de la luz de Jesús que va naciendo en nuestros corazones. De igual modo, deseo que este peculiar adviento del Verbum Dei conduzca a la consolidación y expansión del Verbum Dei como una familia a imagen de la comunión de la Trinidad con un fuerte corazón misionero.
Me despido con las palabras de Pablo a su comunidad de Éfeso, invitándoos a que oremos unos por otros: Doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones… (Ef 3,14-21). Os invito, de la misma manera, a que oremos unos por otros, a que oremos juntos por toda la Familia Misionera VD en los cinco continentes, sintiéndola como nuestra verdadera familia

Antonio Velasco Jiménez
Presidente de la FMVD
[1] Estatutos Verbum Dei 48; Cf. Lc 17,21; Mc 16, 15.
[2] Cf. Lc 2, 31.
[3] Cf. Lc 2,6.
[4] Editados en septiembre del 2007, los Linementa son un documento de preparación al Simposio, para reflexionar junto con toda la comunidad sobre nuestra Familia Misionera VD. En ellas se abordan los principales temas que serán tratados en el Simposio.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Reunion lmcvd Loeches

!!!!!Hola chic@s¡¡¡¡¡
Si podeis,hemos decidido reunirnos en Loeches todos los que podais desde el dia 28 de diciembre por la tarde -noche para empezar en firme el sabado por la mañana hasta el domingo despues de comer.Al menos los de España y Portugal para compartir experiencias ,y estudiar y orar las lineamientas de la Familia Verbum Dei ,que os he colgado en el blog.
Si teneis otras sugerencias,aportarlas por favor cuanto antes.
Como estamos en fechas navideñas,cada uno podria traer para compartir algo tipico y rico de su ciudad..ya me chupo los dedos
Me muero por veros de nuevo.Un beso
LOLA

domingo, 11 de noviembre de 2007

Poesia de Mº José

OS ENVIO UN MENSAJE QUE ME GUSTO MUCHO ,ES DE Mº JOSE UNA COLABORADORA HABITUAL DE MI PROGRAMA DE TV .
REFERENTE A LA LECTURA DEL FARISEO Y EL PUBLICANO:Lc 18,9-14.

Querida Lola, ayer por la mañana leí las lecturas y quedaron aquí en el corazón. Iba más tarde por la calle dejando que su mensaje fuera calando y me venía a la mente una frase: Lava tu cara, limpia tu mirada.Ya en casa volví de nuevo a las lecturas y de nuevo a orar. Comparto con todos vosotros esta oración, esta invitación del Señor.
Lávate la cara y ven a orar ante Mí
No quiero tu corazón maquillado
No quiero tu valor, tu impaciencia ni tus seguridades
No quiero lo que sabes ni esa parte de tu alma arrogante
Te quiero sencillamente a ti.
Ven ante Mí con los ojos limpios y con el corazón abierto para recibirme
No vengas con tus mil capas,agarrada a lo que sabes,segura de tus capacidades.Solo te quiero a ti.
Ven a orar ante Mí
Deja que penetre en tu silencioque me abra paso en tu simplicidad.
Permite que complete tu incapacidad
Ora ante Mí.Derramaré sobre tí mi Piedad
Yo seré toda y tu única seguridad
Ven ante Mí.Contempla el Amor
Luego ve, vive y expándelo sencillamente con tu vida con la mirada limpia
Por eso, ven ante Mí
Un abrazo en el Señor para todos para tí Lola
María José:
10 de noviembre de 2007 9:16